Camille Paglia es una de las pensadoras más originales de nuestro tiempo. Es feminista y lesbiana, pero no traga con la ideología de género y admite que existe una naturaleza humana que se debe respetar
Americana de origen italiano, es una de las inteligencias más libres, contradictorias y desacralizadoras de la cultura contemporánea.
Es feminista, pero desprecia el feminismo contemporáneo al que define: “enfermo, indiscriminado y neurótico”, y lo persigue con ironía despiadada: “Dejar el sexo a las feministas es como irse de vacaciones dejando tu perro a un taxidermista”.
Intelectuales y teóricos, ¿con los pobres?
Camille Paglia es de izquierdas, pero reconoce que “los Demócratas que pretenden hablar a los pobres y a los desheredados son cada vez más el partido de una élite formada por intelectuales y teóricos”.
Ella, icono de una cultura radical-chic que hunde sus raíces en el 68, explica la inutilidad de los intelectuales que “con todas sus fantasías de izquierdas tienen escaso conocimiento directo de la vida americana”.
Atea, pero respetuosa de la religión
Camille Paglia es atea, pero ¡ay de aquel! que ataque el papel histórico de la religión y sobre todo del cristianismo: "Respeto enormemente la religión, a la que considero una fuente de valor psicologico, ético y cultural infinitamente más rica que el inane y mortífero post-estructuralismo, que se ha convertido en una religión secularizada".
Lesbiana, pero no activista gay
Camille Paglia es lesbiana y en muchas entrevistas recuerda su comportamiento juvenil transexual; sin embargo, admite que “los códigos morales son la civilización. Sin ellos seríamos derrotados por la caótica barbarie del sexo, por la tiranía de la naturaleza”.
Detesta la estupidez de las movilizaciones gay y la intolerancia de los homosexuales y cuando le plantean la pregunta: “¿Por qué no ha surgido en estos años un líder gay que tenga la estatura de Martin Luther King?”, ella responde: “Porque el activismo negro se ha inspirado en las profundas tradiciones espirituales de la Iglesia a la que la retórica política gay ha sido hostil de manera infantil. Chillón, egoísta y doctrinario, el activismo gay está totalmente carente de perspectiva filosófica”.
Ella, que reivindica haber sido la primera estudiante lesbiana que salió del armario en Yale, reconoce que “la homosexualidad no es normal; al contrario, se trata de un desafío a la norma”.
Y en lo que respecta a las nuevas fronteras de la fecundación asistida, dice que le “preocupa la mezcla perniciosa entre activismo gay y ciencia que produce más propaganda que verdad”.
Reconoce que su homosexualidad y sus tendencias transgénero son una “forma de disfunción de género” porque en la naturaleza “hay sólo dos sexos determinados biológicamente” y los casos de verdadera androginia son rarísimos; “el resto es fruto de la propaganda”.
Camille Paglia tiene claro que sólo hay dos sexos, que la naturaleza tiene sus normas y que forzarla por los deseos hedonistas humanos tiene un coste
¿Cambio de sexo a menores? Es un abuso, dice
Respecto a esos progenitores que, gracias a médicos complacientes, cambian el sexo de sus hijos a causa de comportamientos aparentemente transexuales, Camille Paglia no admite justificaciones: “Es una forma de abuso de menores”.
Seamos claros: para Camille Paglia no está en juego el derecho de cada hombre o mujer adulto a vivir la propia sexualidad con libertad y amor; ni el deber de un Estado de reconocer los derechos fundamentales de cada individuo para que alcance la propia realización, también en ámbito afectivo y sexual...
Lo que está en juego es el pacto mefistofélico que Occidente está haciendo con la Técnica para desarticular el orden natural.
“La naturaleza, nos guste o no, existe; y en la naturaleza la procreación es una sola regla implacable”, afirma.
Hace unos meses, delante de las cámaras de televisión de Roda Viva, el famoso programa televisivo brasileño de Tv Cultura (véalo aquí en YouTube), fue aún más clara: “El aumento de la homosexualidad y del transexualismo son una señal del declive de una civilización”.
No hay ningún juicio moral en esta afirmación (¿y cómo podría haberlo?), sino un análisis histórico de Occidente y que interpreta los signos de los tiempos.
“Contrariamente a las personas que alaban el liberalismo humanitario que permite y alienta todas estas posibilidades transgénero, yo estoy preocupada por como es definida la cultura occidental en el mundo, porque este fenómeno en realidad anima a los irracionales y, diría, psicóticos opositores de Occidente, como son los yihadistas del Isis”.
“Nada define mejor la decadencia de Occidente que nuestra tolerancia a la homosexualidad abierta y al transexualismo”.
Palabras de una extraordinaria y valiente pensadora lesbiana.
(Traducción del italiano de Blog.IlGiornale.it por Helena Faccia Serrano, diócesis de Alcalá de Henares)
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