¿Qué se le ha perdido a un grupo de moteros en el santuario de Torreciudad? Muchos de los que estaban por allí el pasado 27 de abril se lo preguntaban cuando les vieron avanzar montados en sus motos de cross llenas de barro, testigos de los caminos de montaña que habían atravesado durante dos días completos. Esa visita no fue algo casual, la llevan haciendo tres generaciones de moteros desde hace más de 30 años.
Todo empezó cuando el hijo de Eduardo Durá tuvo un accidente de tráfico muy grave y los médicos no le daban ninguna posibilidad de salir adelante. Eduardo, junto con su amigo Ramón López, pidieron a la Virgen su curación, cuando solo un milagro podía salvarle, prometiendo hacer una romería cada año si salía adelante. Inexplicablemente el hijo de Eduardo empezó poco a poco a recuperarse hasta quedar totalmente sano.
Ramón y Eduardo eran muy aficionados a las motos y se les ocurrió hacer una romería en moto al Santuario de Torreciudad para agradecer a la Virgen la curación de Joan. Se unieron varios amigos y desde entonces ni un solo año han dejado de acudir a dar las gracias a la Virgen. El grupo cada vez es más grande, amigos de amigos, hijos, amigos de los hijos, sobrinos… Hasta tres generaciones componen la expedición.
No faltan algunas paradas en ermitas para rezar a la Virgen un misterio del rosario y las paradas de avituallamiento para reponer fuerzas.
El grupo varía cada año, en muchas ocasiones han peregrinado hasta 40 moteros. Casi todos repiten y los que vienen por primera se quedan enganchados para sucesivas ediciones. Eduardo y Ramón no dejaron de acudir ningún año a esta cita hasta que fallecieron, en 2012, cuenta su hijo Toni.
Ahora es Toni el que organiza la marcha motera, que sale de Tarragona un viernes a las 9 de la mañana para llegar a El Grado (Huesca) el sábado por la noche. Dos días completos en los que recorren pistas, campos y caminos de montaña que no se les resisten por muy embarrados o empinados que sean. También hay que arriesgarse con las inclemencias del tiempo, si bien este año ha habido más sol que lluvias. No faltan algunas paradas en ermitas para rezar a la Virgen un misterio del rosario y las paradas de avituallamiento para reponer fuerzas.
Un hito importante en estos 37 años ha sido la incorporación de algunas mujeres a la expedición motera. María y Carlota cuentan que les costó hacerse un hueco en este grupo mayormente masculino, pero al final consiguieron convencerles, a pesar de que ellos siguen siendo mayoría.
Mapa del recorrido de la romería motera
Todos coinciden en que lo mejor de la romería es lo que disfrutan entre amigos, las risas y como dice Carles “en esta excursión lo de menos es la moto, lo mejor es el compañerismo, el ambiente” y Marc que es el primer año que participa en la romería comenta que ha sido “una pasada” y añade, “a pesar de las caídas no me lo pienso perder al año que viene”.
www.opusdei.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario