José Enrique de Castro ha trabajado varios años en Jerusalén. El sábado 9 de mayo será ordenado sacerdote en Roma por el Prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría.
Si cada cristiano fuera consciente de que es otro Cristo, contribuiría de forma definitiva para difundir la paz en Oriente Medio. Como sacerdote quiero poner mi grantio de arena, impartiendo los sacramentos: la comunión con Dios y el perdón con Dios; la paz que viene de Dios y que solo Dios puede dar.
El Papa Francisco, en Getsemaní, dijo unas palabras que desde que me estoy preparando al sacerdocio me golpean especialmente, porque las decía para los cristianos que vivimos allí: "Imitemos a la Virgen María y a san Juan, y permanezcamos junto a las muchas cruces en las que Jesús está todavía crucificado. Éste es el camino en el que el Redentor nos llama a seguirlo. ¡No hay otro, es éste!". Pienso que hacía referencia al sufrimiento de tantas personas que viven en Tierra Santa. Yo he tomado esa frase como un camino en mi futuro sacerdocio: estar junto a las personas que sufren.
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