Príncipe Gharios de Ghassan |
La dinastía de los Gasánidas gobernó durante siglos un vasto territorio que abarcaba zonas de la actual Arabia Saudí, Siria y Jordania. Fue un reino cristiano aliado del Imperio Bizantino.
Su importancia fue vital y contribuyó al progreso al proteger e impulsar el comercio. La dinastía fue derrocada por los musulmanes en el siglo VII aunque sus descendientes gobernaron otros reinos hasta el siglo XVIII.
Actualmente, el heredero y jefe de la Casa Real Gasánida es el príncipe Gharios y cuenta a Actuall su gran desafío: proteger a millones de cristianos perseguidos en las zonas en las que gobernó su familia.
¿Quién es el Príncipe Gharios de Ghassan?
El emperador romano Marco Aurelio podía considerarse como uno de los mayores regidores de todos los tiempos. Él dispuso a su servicio a un siervo con la única tarea de andar detrás de él cuando recibía los elogios de su ciudadanía; el criado había sido instruido para que, siempre que elogiaran al emperador, le susurrara al oído: “Usted es solamente un hombre…”. Me considero simplemente, un ser humano. Un pecador lleno de defectos como los demás. Sin embargo, sostengo un oficio con dieciocho siglos de historia. Por lo tanto, considero que soy un hombre ordinario que tiene una misión extraordinaria. Mi tarea es importante, mi persona no lo es.
¿Qué supone para Oriente Medio la existencia de una dinastía real como la suya, que además es la única cristiana?
Somos la única dinastía cristiana de Oriente Medio todavía viva. La dinastía árabe más antigua, la que gobernó más territorio y durante mayor periodo de tiempo. La Casa de España es la más antigua de Europa. Nuestros más de 1.800 años nos convierten en la Dinastía más antigua de la Cristiandad. Si consideramos el hecho que la dinastía vino de la Familia Real Sabea, sus orígenes se remontan a tiempos bíblicos, hace más de 2.000 años.
Pero aún con toda esta antigua tradición documentada, sólo los altos académicos conocen con precisión el grado de nuestra importancia. Soy el descendiente directo de la última familia que gobernó como sucesores de los Gasánidas.
En estas fechas tan especiales, ¿cómo vive usted la Navidad?
Es mi época favorita del año. Personalmente, siempre hago una profunda reflexión acerca de lo afortunado que soy y trato de dar más de lo que puedo esperar recibir. Me siento inmensamente afortunado de poder de tener alimentos y agua potable, mientras que millones de personas no tienen este privilegio. Es más, tengo el lujo de elegir qué comer. Si pudiera pedir un regalo de Navidad, sería la paz entre las religiones. Sé que la violencia es inherente a la naturaleza humana, pero no podemos destruirnos unos a otros en el nombre de Dios.
Ahora está volcado en la ayuda a los cristianos perseguidos, ¿cuál fue el momento en el que decidió que tenía que involucrarse de manera tan profunda y directa?
Creo que obedece a dos motivos distintos: el primero es racional y relacionado con mi misión histórica como Jefe de la Dinastía. Mis antepasados han conservado la religión cristiana desde el siglo III, incluso viviendo bajo regímenes opresores tras el advenimiento del Islam. Ellos fueron tratados como ciudadanos de segunda clase durante siglos, pagando gravosos impuestos (jizya) e incluso siendo martirizados solamente por ser cristianos. Honro su sacrificio.
El segundo es puramente intuitivo, como la vocación de un sacerdote. Siento con gran fuerza lo que entraña estar realizando esto. El Papa Benedicto XV defendió lo que él llamó “el sacerdocio de la nobleza”, al lado del sacerdocio del clero. El Papa Pío IX afirma, en la encíclica Quanta Cura (1864), que “se recibió el poder real no sólo para la gobernanza del mundo, sino sobre todo para la protección de la Iglesia”.
¿Se está haciendo algo para proteger a las minorías cristianas?
Todos queremos la paz mundial o ser ricos. Tenemos deseos de cosas buenas. Pero la razón por la que no lo logramos es porque no ‘pavimentamos’ un camino concreto para alcanzar nuestras aspiraciones. Vemos noticias terribles por televisión y hay siempre alguien diciendo: “¡Esto es horrible, alguien tiene que hacer algo para hacerle frente!”.
Con todo el debido respeto, yo veo a muchos líderes religiosos que solo quieren rezar. La oración es muy importante, pero claramente solo rezando no se trabaja. Los cristianos de Oriente Medio adolecen de una falta de designación, de identidad, y, de ahí, de representación.
¿Cuál es la iniciativa que usted está liderando?
Es urgente establecer una voz para los cristianos de Oriente Medio. Mi plan es la creación de un Consejo basado en normas de Naciones Unidas y con representación de Naciones Unidas, congregando a todos los que en Oriente Medio se confiesen cristianos dentro de una asamblea, que cuidaría los intereses cristianos en la región, sobre todo proporcionando el alivio inmediato a los refugiados cristianos y dirigiéndose como organización observadora a las Naciones Unidas. Unificar las voces cristianas de Oriente Medio y sus necesidades, sin interferir en la soberanía de cada confesión.
Esta organización también conducirá y optimizará el diálogo interreligioso en la región con los musulmanes y los judíos, ya que representará al conjunto de los cristianos orientales. También creo que este consejo mejorará mucho el diálogo ecuménico, ya que todas las confesiones trabajarán de forma mucho más estrecha.
¿Hace falta más unidad entre los cristianos?
Es importante que nosotros, los cristianos de Oriente Medio, hablemos con una sola voz para que se escuche. Cada obispo, cada patriarca, sólo puede hablar por su propia multitud, por su determinada denominación cristiana. Y hay docenas de Iglesias cristianas y denominaciones y una docena de patriarcas; con ello ningún político sabe a quién debería dirigirse primero para no complicarlo viéndose envueltos en una respuesta interconfesional. Esto es algo que tenemos que cambiar, si queremos ser eficientes, ya que sólo podemos solucionar nuestros problemas a una escala de alta política.
Actualmente, Europa está viviendo una crisis de refugiados sin precedentes. ¿Por qué no reacciona Occidente ante tal drama?
Es algo que también me pregunto. Pero puedo asegurarle que, muy pronto, el problema en Europa se volverá tan serio y llegará ‘a las propias puertas de la gente’ que ellos mismos exigirán contundentes e inmediatas acciones a sus gobiernos europeos. Puede ser el lado positivo de toda esta tragedia, una revelación para Occidente.
¿Por qué los países europeos de tradición cristiana no hacen nada, no intervienen?
Lamentablemente, los países europeos en general no tienen un eslabón emocional o una identificación con los cristianos de Oriente Medio. Bien, vamos a empezar diciendo que, en general, la gente aún no sabe que hay cristianos en Oriente Medio. En Occidente, árabe es sinónimo de musulmán. Esta es una de mis principales misiones, despertar la conciencia en Occidente.
Ahora hablemos de los países musulmanes de la región, ¿cree que hacen lo suficiente para acabar con Estado Islámico?
Tengo un modo de ver el mundo diferente al de la mayoría de la gente. Si usted observa la naturaleza, verá que nada es ‘bueno’ o ‘malo’ intrínsecamente. El fuego puede calentarle impidiéndole morir de hipotermia, o puede quemar su casa y matarle. Hay un refrán chino: ‘Del mismo río beben la vaca y la serpiente, una produce leche y la otra veneno’. Obviamente, yo veo al Daesh o al ISIS como un cáncer terrible en la región, pero de cualquier crisis se puede obtener algo positivo o lograr una gran oportunidad para ello.
Con Daesh (Estado Islámico) es la primera vez en la historia reciente en la que se traza una línea sobre la arena. La gente habla poco a poco haciendo frente al radicalismo islámico en los países musulmanes. Los regímenes están cerrando mezquitas radicales. Los musulmanes, en su gran mayoría, no quieren claramente que se les considere tolerantes con el Daesh. ¡La mayoría de musulmanes que conozco piensan que Daesh fue creado para destruir el Islam! Tenemos que señalar aquí que los cristianos están sufriendo enormemente con el riesgo de extinguirse en la región, pero ¿quiénes son los que están sufriendo más con el Daesh? Los musulmanes, tanto sunitas como los chiítas.
¿Apoyaría una ofensiva militar sobre el terreno para acabar con el genocidio cristiano y de otras minorías en la zona?
El origen ideológico de movimientos radicales como Al-Qaeda y Daesh reside justo en la reciente presencia ‘colonial’ occidental en la región. He escuchado a un analista del Pentágono en Washington: “Incluso cuando hemos tenido buenas intenciones, no acertamos en ello”. Comparo el Oriente Medio actual al juego del ‘Jenga’, una torre de ladrillos que, si usted mueve uno de ellos, puede derrumbar la torre entera.
Por lo tanto, usted tiene que prever de antemano todas las repercusiones posibles de las acciones estratégicas en la región, porque si usted mueve un ladrillo incorrecto todo eso puede caer. Contestando a la pregunta de un modo simplista: sí, no pienso que haya cualquier espacio para la diplomacia en cuanto al Daesh. Pero defiendo una coalición mundial encabezada por países musulmanes.
¿Qué le diría a uno de esos miles de cristianos que ve día tras día que Occidente mira impasible cómo mueren y no hace nada para evitarlo?
Le diría que no están solos. He prometido dedicarles mi vida y no pido nada a cambio. ¡No corro por ningún cargo político, y si lo hago, por favor, no opten por mí porque no estaré en mi perfecto estado de salud!
¿Cómo puede ayudar un ciudadano cualquiera de EEUU o Europa a cambiar esta situación?
Pueden usar este instrumento poderoso que conforman los medios de comunicación social. Pueden escribir a sus políticos, dirigirse a amigos, etcétera. El ciudadano ordinario puede hacer mucho.
Recuerdo la historia del colibrí: Érase una vez un enorme bosque que estaba siendo consumido por un fuego terrible. Asustados, todos los animales corrieron para escapar del bosque. Se sintieron asustados, desalentados e impotentes. Cada uno de ellos pensó que no había nada que ellos pudieran hacer ante el fuego, excepto un pequeño colibrí. Este colibrí decidido que él haría algo. Bajó en picado al riachuelo, recogió unas gotas del agua y entró en el bosque, arrojándolas sobre el fuego. Volvió a la corriente para hacerlo una y otra vez. Todos los otros animales lo miraron con incredulidad; unos hasta trataron de burlarse del pequeño pájaro: “¡No te molestes, tu pico es demasiado diminuto, esto es sólo una gota, no puedes apagar este fuego! ¿Qué piensas que estás haciendo?”. Y el colibrí, sin perder el tiempo, miró hacia atrás y dijo: “Al menos, hago mi parte”.
Si hacemos nuestra parte, miles y miles de millones de colibrís pueden llevar océanos en sus picos que apaguen cualquier fuego, en todas partes. ¡Si usted no puede hacer todo, haga todo que pueda!
religionenlibertad.com
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