El viernes por la tarde, el Papa visitó por sorpresa este centro de rehabilitación de toxicómanos. Y miren cómo le recibieron.
"¡Venid a saludarlo!”
"Nos deja sin palabras”.
Después de sus condenas al narcotráfico, y sus peticiones de no combatir la droga suministrando drogas ligeras, el Papa ha querido abrazar personalmente a quienes luchan para salir del túnel. Pertenecen al Centro Italiano di Solidarietà don Mario Picchi.
Algunos le mostraban fotos de su familia y de sus hijos, otros, le contaban su historia.
"Estoy orgulloso de haberle dado la mano, de haberle besado, porque para mí, lo digo de nuevo... Bueno, usted se llama como yo. O yo me llamo como usted”.
Rezaron juntos y el Papa les bendijo. Les regaló un icono de la Virgen de Luján con muchos rostros, y les escribió que la vida es un encuentro con los rostros de los demás.
Se hicieron una foto todos juntos y realizaron uno de los sueños del Papa Francisco: tomarse una pizza con tranquilidad.
Esta visita es uno de los gestos de caridad que el Papa está realizando por sorpresa durante el Jubileo. Son obras de misericordia con un fuerte mensaje humano.
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