Estaba en el banquillo de los reservas. Había conocido a Jesús y fue testigo de su Resurrección, pero no entró en la lista de los 12 que el Señor eligió como columnas de su Iglesia.
No aparece ni una sola vez en el Evangelio. Quizá formó parte de aquel grupo de 72 que envió el Señor, sin bolsa ni alforja ni calzado, a hacer prácticas de apostolado por los pueblos y ciudades de Palestina.
Pero Judas cayó y había que nombrar un sustituto: Dios quería que hubiese 12 testigos, como fueron 12 las tribus de Israel. Y San Pedro se fijó en él y en su compañero Barsabas, apodado El justo. ¿Cuál de los dos sería el elegido?
Lo echaron a suertes y María Santísima cargó los dados. Dios, nuestro Señor, desde antes de la Creación del mundo, ya había dispuesto que la suerte cayera sobre Matías. Hoy es su fiesta.
pensarporlibre.blogspot.comAlgunas veces pienso que yo también soy apóstol por sorteo. Me ha tocado la lotería a pesar de que ni siquiera había comprado un décimo. La Virgen María volvió a hacer trampas, y gracias a Ella estoy aquí.
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