El productor de cine Cecil Stokes siempre quiso hacer una película con el título "October baby". Pensó que un bebé así, sería un bebé sin nombre. Tecleó en Internet "bebé sin nombre" y lo primero que apareció fueron las palabras "superviviente del aborto".
"No sabía que estas palabras podían ir juntas", explica Stokes.
Y así nació una película sobre un tema nunca antes filmado: sobre una persona que sobrevivió a ser abortada, y con secuelas físicas. Aunque en realidad, tanto los responsables de la película como los críticos coinciden en que el gran tema de fondo es quizá aún más contracultural: el perdón. Esta es "October baby, cada vida es bella", que llega este fin de semana a las pantallas españolas.
Con frescura, directa al corazón
Estrenada con bastante éxito en Estados Unidos hace más de un año (la octava más vista esa semana), esta pequeña y fresca producción independiente va directa al corazón y al alma, mediante la belleza y los sentimientos.
Hannah, la protagonista, interpretada por la actriz Racher Hendrix, es una joven universitaria de 19 años que sufre de epilepsia, asma y depresión. El origen de estos males, al principio desconocido, se revela después: sobrevivió a un aborto.
Con ayuda de un sacerdote, pese a la confusión y el desconcierto, Hannah emprenderá el camino para reencontrarse con su madre biológica, la mujer que intentó matarla. Su investigación tiene mucho de road movie, de viaje vital y de maduración.
El caso real de Gianna Jessen
El caso real en el que se basa la película es el de Gianna Jessen. Su madre estaba embarazada de siete meses y medio de embarazo cuando decidió someterse a un aborto por inyección salina, que mata al bebé por envenenamiento y quemaduras. Pero aquel bebé, Gianna, sobrevivió al procedimiento. Su madre la entregó en adopción.
"Yo soy la persona que ella abortó. Viví en vez de morir. Mi madre estaba en la clínica y programaron el aborto a las 9 de la mañana. Afortunadamente para mí, el abortista no estaba en la clínica al yo nacer a las 6 de la mañana del 6 de abril de 1977. Me apresuré. Estoy segura que si él hubiera estado allí, yo no estaría aquí hoy, ya que su trabajo es terminar la vida, no sostenerla. Hay quien dice que soy un ‘aborto fracasado’, el resultado de un trabajo mal hecho", afirmó Gianna ante el Congreso de Estados Unidos cuando tenía 19 años de edad.
Gianna explica que continuamente conoce más supervivientes: "Regularmente me contactan por sobrevivientes que me escucharon o me vieron en un programa o cuando hablo, y descubren que no están solos". En EEUU, los productores de "October Baby" decidieron destinar el 10% de las ganancias de la película para la fundación Cada Vida es Bella (Every Life is Beautiful), que distribuirá a su vez el dinero entre organizaciones que ayudan a mujeres que enfrentan crisis de embarazo, agencias de adopción que apoyan la vida y orfanatos.
Giros narrativos y tensión continua
Uno de las enseñanzas de la película es que la vida es bella pero hay que afrontarla desde la verdad. Otra es que es en un mundo con falta de amor, surge la pregunta: "¿por qué mi madre no me quiso?"
La película se desarrolla mediante varios giros narrativos, de forma que los misterios familiares parecen dar siempre paso a más y más misterios que mantienen la intriga y la carga emocional.
“El ser humano es hermosamente defectuoso, y hay que odiar el delito pero no al delincuente”, dice un personaje que sabe mucho de crímenes. En general, los personajes son entrañables y de gran humanidad, incluso los que hicieron cosas horrendas.
Los actores hacen un buen trabajo: Rachel Hendrix es expresiva; John Schneider y Jennifer Price -sus padres en la ficción- dan el contrapunto adecuado. La banda sonora incluye canciones muy hermosas. Y después de los títulos de crédito, que nadie se levante, que hay una sorpresa final.
RELIGIÓN EN LIBERTAD
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