Federico: «Su capacidad de estar con los demás, de estar junto a mí, de hacerme sentir bien, alegre, feliz, es lo que más me atrae, es lo que me atrae de ella. Mi novia y yo hemos querido llevar adelante un noviazgo, una relación más profunda, en la que hemos procurado dejar entrar a Dios. Si solamente se tratara de nosotros, seguramente no viviríamos algo tan hermoso como lo que ahora tenemos».
Isabella:
«El cristianismo te aporta algo más, algo más para amar al otro,
mientras amas a Dios. En estos meses que llevo con Federico −salimos
desde hace un año y algún mes− cada día intento pensar en cómo hacerlo
feliz, cómo darme al cien por cien».
F.:
«Las dificultades vienen no sólo de los otros, sino también de nosotros
mismos. Porque cada uno, dentro de sí, tiene deseos, impulsos, que son
los que alguna gente te sugiere que sigas sin dudar. Si hablo con los
amigos, muchos me dirán: tienes que tener relaciones con tu novia, si no
te acuestas con ella vuestro noviazgo es incompleto. Y en cambio, no:
no es incompleto, es más, se trata de algo más puro. Sabemos que lo que
estamos viviendo ahora no acaba ahora, sino que estamos construyendo
algo que durará para siempre. Las demostraciones de amor entre dos
novios pueden ser diversas. Especialmente, pasar mucho tiempo juntos,
crear un entendimiento, una intimidad que dure para siempre. También
está claro que desde el punto de vista físico es bonito tener un
contacto, estar juntos, pero para eso bastará un beso, una caricia, que
son demostraciones de afecto muy grandes si se hacen desde el corazón».
I.:
«Nos ayudamos el uno al otro y es muy útil. Con Federico cuido más mi
vida espiritual, y así lo cuido a él. Por eso rezamos juntos, y nos
ayudamos a rezar mutuamente, y así buscamos ese apoyo completo en Dios».
F.:«Buscamos
también que cada uno tenga su propia vida de oración, que dé fundamento
a la vida, para tratar y conocer mejor a Dios. Procuramos rezar, a
veces solos, a veces juntos. Es difícil tener seguridades en la vida,
pero también es verdad que sólo por amor vale la pena arriesgar algo.
¿Hay algo más grande que arriesgarlo todo por amor?».
«La
pureza nace del amor y, para el amor limpio, no son obstáculos la
robustez y la alegría de la juventud». San Josemaría, Es Cristo que pasa, n. 40.
opusdei.org / almudi.org
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