"La Voz del Desierto”, un grupo de sacerdotes y laicos de la madrileña diócesis de Alcalá de Henares, en España, habla de Dios a través del rock. Sacan nuevo disco, el cuarto de esta aventura que comenzó hace diez años. Han hecho de la música rock, tan denostada en muchas ocasiones, un nuevo camino para transmitir el mensaje del Evangelio.
DANIEL
Miembro de La Voz del Desierto
"El problema no es el rock en sí sino el mensaje que se da y nosotros lo que queremos hacer es, con el tipo de música que a todos nos gusta, en este caso el pop, el rock, llevarlo a través de un mensaje cristiano a todos los jóvenes para que puedan llegar a Jesucristo”.
Para este disco han apostado por una producción más cuidada e incluso se han atrevido por primera vez con el inglés. Se puede adquirir además en plataformas digitales como iTunes. "La Voz del Desierto” no descarta realizar una gira si fuera posible, aunque la fama no es su motivación.
ALEJANDRO
Miembro de La Voz del Desierto
"Si podemos hacer una gira por Sudamérica, pues fenomenal. Si podemos hacer una gira por pueblos de la diócesis de Alcalá, pues fenomenal. Al final siempre estamos abiertos a lo que el Señor quiera de nosotros porque nosotros no queremos ser famosos. Nosotros lo que queremos es Evangelizar”.
Como Juan Bautista, que hablaba de Dios en el desierto, estos sacerdotes usan el lenguaje y la música de los jóvenes para transmitir la fe. Incluso, los pocos beneficios económicos que obtienen gracias al grupo, los reinvierten en la evangelización.
ALBERTO
Miembro de La Voz del Desierto
"El dinero que pueda sobrar o el dinero que nos puedan dar en alguna actuación o por la venta de algún disco, pues se dedica a que muchos jóvenes puedan hacer ejercicios espirituales y poder becarlos para que puedan acercarse a Dios en tandas de ejercicios que les sirvan para acercarse más al Señor”.
El rock bien empleado puede acercar a Dios. Con esta idea, "La Voz del Desierto” sorprende con "Él me vuelve a levantar”, un disco que combina a la perfección música del siglo XXI con letras escritas hace dos mil años.
romereports
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