La mancha de aceite se va. Justo antes de la conferencia, se invitó al orador a un refrigerio. El destino quiso que lo único grasiento que había le cayera encima dando tumbos y decorándole la corbata de arriba abajo.
Como siempre, después del desconcierto, estupor… Un tipo práctico se lanzó: – Yo conozco un remedio casero y tremendamente práctico. Tomo una miga de pan, la apretó entre sus dedos índice y pulgar, y la “mojó” repetidamente en la mancha. El orador no sabía si le estaban tomando el pelo.
¿No sería una “tirada de la moto”? Al cabo de un ratito, cuando ya hubo “mojado” y “remojado el pan en la mancha de aceite” ésta había desaparecido TOTALMENTE. Durante la charla, éste le preguntó ufano a un compañero en el auditorio: ¿qué te parece la corbata? Este, despues de sobreponerse al desconcierto -un hombre con “cintura”- le dijo: – Impecable…
anecdonet
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