Carta de una vieja maestra a un antiguo alumno que se acordó de escribirle agradeciéndole sus servicios … Querido Paco: No encuentro palabras con que expresarte todo lo que tu carta ha supuesto para mí. Tengo ya pasados los ochenta años, vivo sola en un pequeño cuarto y me hago las cosas y comidas; soy como esa última hoja del otoño que se queda colgando precariamente de la rama del árbol. Quizás te interesa saber que he dado clases en una escuela durante cincuenta años y la tuya ha sido la primera nota de agradecimiento que haya recibido jamás en mi vida. Me ha llegado en una mañana gris y fría de invierno y me ha causado la mayor alegría que he experimentado desde hace ,muchos años.
anecdonet
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