Su gran aspiración en la vida era ser el más rico del pueblo. Todo en su vida, había ido demasiado deprisa: había comenzado a trabajar a los 16 años, tenia coche y novia a los 18, se caso a los 20, y con 25 tenia un negocio próspero; su lema en la vida era "Deprisa, deprisa", aquella noche lluviosa, las prisas que tantas veces le habían favorecido en la vida, le jugaron una mala pasada: su coche se salió en una curva; hoy, con 25 años, es el hombre más rico del cementerio.
Además de la evidente invitación a la prudencia en la conducción, esta anécdota debe ayudarnos a reflexionar. Lo importante es descubrir el hondo sentido que la vida tiene y que nos hará ir muy deprisa (y con calma) hacia la meta. Ese sentido es muy profundo y se empieza a descubrir cuando uno lee en el Evangelio las palabras de Jesús: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Si fomentamos su Amistad el nos irá descubriendo el profundo y maravilloso sentido que tiene nuestra vida . Ah! y nos invitará a ayudar a los demás a que lo descubran. Apoyemos la evangelización en tierras lejanas (mañana es el Domund) y vivamos la nuestra en el lugar donde nos encontramos.
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