viernes, 30 de noviembre de 2012

LLEVAR LAS MEMORIAS CONSIGO

   Dos monjes, Tanzán y Ekido, viajaban juntos por un camino embarrado.
Llovía a cántaros, sin parar.

   Al llegara un cruce se encontraron con una mujer preciosa, vestida con un quimono y un ceñidor se seda, incapaz de vadear la vereda. -Vamos, muchacha –dijo Tanzán sin más.

   Y la levantó en brazos por encima del barro y la pasó al otro lado.
Ekido no dijo una sola palabra hasta que, ya de noche, llegaron al monasterio.
Entonces no pudo resistir más.

   - Los monjes como nosotros –le dijo a Tanzán- no deben acercarse a las mujeres, sobre todo si son bellas jóvenes. Es peligroso. ¿Por qué lo hiciste?
- Yo la dejé allí –contestó Tanzán-. ¿Es que tú todavía la llevas?

ANECDONET



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