Todos ciudadanos del mundo: con nuestra fe impregnamos de alegría todo aquello en lo que intervenimos: trabajo, descanso, deporte, cultura, ciencia, arte...
Porque si lo decían en la Epístola a Diogneto (que puedes leer íntegraaquí) en el siglo II, lo tienen que seguir diciendo ahora también de los cristianos.
Jaime Sanz
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