Primer sucesor de San Josemaría al frente del Opus Dei, Don Álvaro murió con fama de santidad en Roma, el 23 marzo de 1994. Además, trabajó también en la Santa Sede, tanto en el Concilio Vaticano II como los años posteriores. En ambas labores, su laboriosidad, su fidelidad al romano pontífice, su don para comprender a todos y su carácter amable no pasaban desapercibidas en todos aquellos que le conocieron.
El 19 de febrero de 1974, día de su santo, decía San Josemaría en una tertulia con gente del Opus Dei: a don Álvaro le pasa una cosa muy buena: que no tiene santo, sino beato. De modo que, si no se hace santo él, no sé cómo lo vamos a arreglar....
El primer paso a los altares será el próximo 27 de septiembre. Ese día, será beatificado en Madrid.
Desde su muerte, hombres y mujeres de todo el mundo han acudido a su intercesión. Actualmente, se han recogido más de 11.000 testimonios de personas que han recibido su ayuda en más de 60 países. Por eso, algunas familias han puesto a sus hijos el nombre de Álvaro, en memoria suya.
Me llamo Álvaro por D. Álvaro
Han oído hablar de él desde pequeños y a veces le piden que les eche una mano desde el cielo. No en vano, llevan su nombre por el cariño de sus padres hacia Álvaro del Portillo.
El 19 de febrero, día de su santo, un grupo de pequeños “Alvaritos” han querido contarnos un poco más de quién es y porqué le van a beatificar.
Al preguntarles, hemos descubierto que están bastante informados sobre el tema. Incluso, han aportado algunos datos que los historiadores todavía no han podido confirmar, como por ejemplo, que le encantaban las mandarinas o que su jugador favorito fue siempre Cristiano Ronaldo. A falta de las confirmaciones necesarias, este vídeo recoge solo los datos más objetivos sobre su persona
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