Es una de esas frases que decía San Josemaría, que hacen pensar. Dar, sin cobrar el favor; servir a los demás, sin que nos devuelvan el servicio. Estar disponible para ayudar, sin esperar a que nos ayuden.
Justo al revés, que el matrimonio anfitrión, por decir algo, del video.
Jaime Sanz
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