Ci allontaniamo e poi ci ritroviamo più vicini,
e più in alto e più in là,
ora, figli dell'immensità.
No hay luz en las velas de la tarta,
no queda primavera para abril,
no hay aroma encendido en el jazmín
ni destino para esta pobre carta.
Callamos con la tarta entre las manos
y cerramos los ojos para verte.
Anochecen las velas de la tarta
y una voz se enciende blancamente.
Las manos que son de luz y nieve
reviven al jazmín helado,
encienden las velas de la tarta
y la esperanza de nuevo acontece.
Callamos a los ojos para verte
y estrechamos la mano que viene.
Se deshace la mano de nieve
y en cada amanecer anochece.
Pero una luz perpetua te ilumina,
todo lo ilumina tenuemente.
Ignacio Pagés
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