La perseverancia suele ser, de ordinario, muy original. Se mantiene fiel a sus compromisos e intenta conseguir lo que pretende.
La Madre Teresa de Calcuta intentó de mil modos que sus religiosas entraran en la Unión Soviética, obteniendo siempre un rotundo «no» por respuesta. Encontró una oportunidad sobrenatural en su visita a Moscú, cuando deslizó unas medallitas de la Milagrosa… ¡en la tumba de Lenin!
Deseaba tantas casas como misterios del rosario… y en poco tiempo hubo 15 casas en la inmensa Rusia. Los santos perseveran. Tomemos nota de su esfuerzo y tratemos de imitarles.
Fulgencio Espá
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