Adeyemi era un chico musulmán, atraído por la idea del perdón:
- ¿Estás seguro de que Dios te perdona?; estilo ¿borrón y cuenta nueva?
Me pidió unirse a la Iglesia para poder recibir el perdón por sus pecados.
Después de un periodo de preparación y explicación de la fe (catequesis) se enteró de que no iba a necesitar confesarse, pues el bautismo ya llevaba consigo la propiedad de lavar todos los pecados. Le gustó, pero él quería confesarse, para estar seguro.
Mira, Yemi. Ni "pa ti ni pa mí" - le dije - Vas a poder charlar con el sacerdote. Cuéntale lo que quieras. Con el bautismo, vendrá la riada de la gracia, que borrará tus pecados.
En efecto, se bautizó y luego habló con el sacerdote. La paz inundó su alma. Aún le recuerdo dando botes por el pasillo como si estuviera en la luna...
Dios perdona siempre... pero hace falta pedirle perdón.
Hace falta una luz para ver el mal en nuestro interior; aborrecer el mal; decisión de no incurrir en ese mal de nuevo; a la hora de confesarse con un sacerdote con licencias uno debe incluir todo lo que su conciencia le repruebe; por último debe preocuparse de cumplir la acción u oración que se le asigna.
Si se sigue estos pasos, uno se vuelve consciente de que ha sido perdonado. Qué paz entonces...
ANECDONET
¿Conviene pedir perdón por antiguos pecados ya confesados?
ResponderEliminarLos pecados confesados ya están perdonados. Al perdonar, Dios cura al alma de su enfermedad espiritual y olvida por completo: su perdón es pleno.Por tanto, no hace falta confesarlos. Pero, renovar el dolor de las faltas pasadas es bueno. Viene bien recordar que, el perdón recibido no suprime la debilidad que queda en la persona como consecuencia de sus pecados. Por ello, es bueno renovar el dolor y el arrepentimiento, para vencer esa inclinación al mal que nos queda y crecer en humildad. Un saludo
ResponderEliminarMuchas gracias, de verdad, y por su blog. Un saludo.
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