miércoles, 24 de agosto de 2011

Ni una intoxicación etílica en la JMJ

No es una mera anécdota que en una reunión de dos millones de jóvenes no haya habido una borrachera de más en plena era del botellón. «Los servicios del Samur han expresado su sorpresa por que pese a ser el evento más largo y multitudinario que jamás han atendido no ha habido ni una sola intoxicación etílica», comentaba ayer el director ejecutivo de la JMJ, Yago de la Cierva. «Ni por drogas», apostillaba el cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, en el primer balance oficial del encuentro que presidió el Papa el pasado fin de semana.

El cardenal Rouco, ayer, durante la rueda de prensa
   Mientras las cifras de beneficios que ha supuesto la Jornada a los hosteleros, transportes y comercios de la Comunidad de Madrid se suceden, los organizadores del encuentro de los jóvenes por el Papa quisieron destacar la actitud de los peregrinos. En concreto, el presidente de la Conferencia Episcopal destacó su templanza y sus ganas «de dar testimonio de fe y caridad sin ir de forma avasalladora» incluso cuando «se han metido con ellos», algo que no había pasado en ninguna JMJ anterior, apuntó en relación a los ataques laicistas de la semana pasada.

    «Ni con esas», ha remarcado el cardenal, que ha subrayado que,   ante todo, la respuesta de los jóvenes ha sido «la de siempre, la del   testimonio de la alegría y del amor cristiano». De hecho, ha   destacado, que los peregrinos se han   comportado como «verdaderos cristianos».

    Preguntado por si consideraba que la JMJ de Madrid es la mejor de la historia, Rouco respondió con muy buen humor que «en la Iglesia no hay liga pastoral», a la vez que defendió que lo que sí es cierto es que «hoy hay una unanimidad moral de que la JMJ pertenece a la misión de la Iglesia y Madrid ha ahondado en esta idea de plantearla como instrumento de evangelización de los jóvenes». 

Elogio al coro

Sobre la actitud del Santo Padre durante el encuentro, reconoció el hecho de que «no quisiera dejar solos a los jóvenes durante la tormenta de Cuatro Vientos, rompió todas las previsiones con un esfuerzo físico de extraordinaria dimensión para su edad». Además, subrayó el interés que mostró «por la música de la orquesta y el coro de la JMJ con un trasfondo de elogio notable, algo que se agradece especialmente de alguien que entiende de música».  

«Gracias por el día más feliz de mi vida»
    Camuflada entre los periodistas, ayer se podía ver a la brasileña Giselle Azevedo, la voluntaria que el pasado domingo se dirigió al Papa con gran espontaneidad durante el encuentro con 14.000 voluntarios en Ifema antes de partir a Roma. «Hoy puedo decir que  fue el día más feliz de mi vida. Me conmovió muchísimo la vida del Papa», comenta emocionada porque su país tome el relevo de la JMJ: «Estaré completamente comprometida. Si antes de venir a Madrid tenía algún plan para los próximos dos años, ya los doy por anulados para volcarme en la preparación del encuentro». Giselle confía en que Brasil «supere los 3 millones de participantes y que la JMJ siga siendo la gran fiesta de la fe que nos contagie en la gran experiencia de ser Iglesia».

LA RAZÓN
 

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