miércoles, 17 de agosto de 2016

El gesto más bonito del olimpismo

La estadounidense Abbey D’Agostino y la neozelandesa Nikki Hamblin han protagonizado el suceso que define la deportividad que debe reinar en los Juegos. Corrían una serie de los 5.000 metros cuando Abbey chocó con otra atleta y se llevó en su caída a Nikki. La norteamericana quiso ayudar a la oceánica a levantarse, pero la rodilla le hizo un chasquido. D’Agostino se tiró al suelo con claros gestos de dolor. 

Hamblin no pensó en continuar corriendo, al contrario, animó a la estadounidense a finalizar la carrera. Nikki terminó penúltima, a casi dos minutos de la vencedora, Ayana, mientras D’Agostino entraba, coja, la última. En la meta estaba la neozelandesa, esperándola para fundirse en un abrazo. Abbey fue trasladada en silla de ruedas.

abc.es

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