miércoles, 10 de agosto de 2016

María Bernabéu La judoca de Dios

La última judoca española en Río aspira a ganar una medalla cimentada en la fe. El motor de su vida «Hago oración cada mañana y le pido a Dios fuerzas. El día de la competición lo hago incluso con más ganas aún». 

Hace ya una semana larga que María Bernabéu preparaba la maleta para venir a Río. En ella, además de la ilusión por convertirse en campeona olímpica, la judoca tenía claro lo que no podía faltar. «Mi Biblia siempre va conmigo. Con eso y con la ropa de competir me basta, pero la Biblia no puede faltar», confiesa. Pertenece a esa generación de jóvenes que no se avergüenzan por reconocer que «Dios es el motor de la vida» y que encuentran en la oración un impulso diario para seguir luchando. 

Bernabéu camina por la Villa Olímpica mientras el sol se asoma, tímido, entre las nubes que no abandonan estos días Río de Janeiro. «Soy una persona con mucha fe en Dios. Mi madre nos lo inculcó de pequeños a mí y a mis hermanos, y la verdad es que esa fe me acompaña a todas partes y es para mí una motivación. Algo que me hace crecer», afirma mientras lanza una mirada furtiva al cielo. María no es supersticiosa, pero no puede viajar sin su Biblia. «Yo sé que Dios está en todas partes, pero si no tengo mi Biblia me falta algo y sé que no podría competir igual», apunta. 

María nació en Salamanca, pero siendo niña su padre, guardia civil, fue trasladado a Alicante y con él se llevó a toda la familia. Allí fue donde esta deportista de ascendencia guineana conoció y se enamoró del judo. Al principio no le gustaba, pero poco a poco fue cogiéndole el gustillo. Se dio cuenta de que se le daba bien, y hasta ahora. A Río llega como subcampeona del mundo y con la confianza por las nubes. «Llevo soñando con el podio de los Juegos desde hace años. 

Claro que sí, ese sueño siempre se tiene y ayuda a conseguir el éxito», apunta. Para conseguirlo, María ha invertido muchas horas de entrenamiento diario, salpicado de éxitos y fracasos. «Después de tanto tiempo, parece que ya ha llegado el día. Por fin. Ha llegado el momento y ahora no estoy nerviosa», asume. Reconoce la importancia de la cita y la presión que tiene encima después de la eliminación de todos sus compañeros. El judo español no logra una medalla desde Sídney 2000 –el oro de Isabel Fernández–, pero Bernabéu está dispuesta a cambiarlo. En el último año ha trabajado de manera más intensa su técnica y su forma física . 

Rutina diaria para fortalecer la masa muscular. «La exigencia en estos doce meses desde que volví del Mundial ha sido muy alta. Todo con el objetivo de llegar lo mejor posible a Río. Todo para poder luchar por una medalla en las condiciones idóneas», señala. Una oración diaria Cada mañana, desde que aterrizó en Río, María cumple la misma rutina. «Me levanto cada mañana y hago oración. Hablo con Dios, porque orar para mí es fundamental. El día de la competición hago lo mismo, pero con más ganas aún. Le pido fuerzas, le digo que vamos a ir a por todas, que me ayude...». Es su forma de afrontar la competición que hoy podría coronarla como campeona olímpica, después de una vida dedicada al deporte.

abc.es

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