sábado, 9 de septiembre de 2017

«Mi casa se movía como un columpio»

«Mi lámpara se balanceaba de lado a lado. Parecía un columpio». Así explica Catalina López cómo vivió el terremoto de magnitud 8,2, que sacudió el jueves a las 23.52 horas de la noche la Ciudad de México. Un temblor que ha sido confirmado como el de mayor intensidad jamás registrado en la historia del país, según el Servicio Sismológico Nacional (SNN). 

Pero a pesar de su intensidad, no logró despertar inmediatamente a Catalina, quien estaba dormida y tuvo que ser espabilada por su esposo. «De repente mi marido me dijo que había que salir inmediatamente de casa. Salté de la cama y en pocos segundos ya estábamos en la calle», explica esta joven de 28 años.


Pocos segundos después de sentir el inicio del temblor, miles de ciudadanos de la capital mexicana se echaron a la calle de esta megalópolis en la que viven más de 20 millones de personas, acostumbrada a los seísmos. Debido al fuerte terremoto que azotó la Ciudad de México en 1985 –en el que murieron más de 10.000 personas– los mexicanos realizan regularmente simulacros para saber qué hacer en caso de temblor. Evitar ascensores y dirigirse inmediatamente a la calle, a ser posible a uno de los cientos de señales de «punto de encuentro», que están diseminadas por toda la ciudad desde aquella fatídica catástrofe, son algunas de las recomendaciones clave que pueden salvar la vida de una persona.

«Es el terremoto más fuerte que he vivido desde el de 1985», dice a ABC Ami Domínguez, una mexicana que entonces tenía sólo nueve años, pero que se acuerda perfectamente de cómo fue aquella terrible catástrofe humanitaria. Ami ha vivido toda su vida en México y sabe cómo actuar cuando hay un aviso de terremoto. «Llegué a oír la alarma sísmica, así que tuve tiempo para poder salir de mi casa y buscar un lugar seguro. Cuando empezó a temblar, enseguida me di cuenta de que era una sacudida mucho más fuerte de las que notamos normalmente», añade.

abc.es

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