Siri Hustvedt |
«Enfadada, pero no triste». Es lo que mi madre siempre me decía cuando me sentía derribada o derrotada. Esas palabras de ánimo me han ayudado a perseguir la vida y la carrera que quiero. Me han ayudado a usar mi arte como un escudo y como un arma.
Me han ayudado a levantarme y a sentir mi propio valor. En los últimos diez años he visto a mi madre pasar de ser una simple mortal a convertirse en un ser magistral. Ella quiere saberlo todo, y está cerca de conseguirlo.
Poca gente es capaz de soportar la brillantez de mi madre. Ella es demasiado amable, demasiado hermosa, demasiado alta, demasiado inteligente. He visto a hombres encendidos por la furia al abordarla en un debate.
Enfadados, rojos, con los puños apretados, y perdiendo la discusión. Nuestra cultura machista no deja espacio para la gente como ella. Es una lucha. Ella ha derribado puertas con elegancia. Ella ha desafiado y se ha enfrentado a todo aquel que ha intentado minusvalorar su talento. Ella es intensamente ella misma. Es mi luchadora favorita.
Mientras escribo esto, mi madre está en Londres promocionando su nueva novela y yo en Portugal terminando mi gira europea, en una camioneta en dirección a Lisboa. He sido la primera persona en avisar a mi madre, por la mañana, de que había ganado el prestigioso premio Princesa de Asturias en España.
Su oficina me contactó por Instagram para pedirme su número y darle la buena noticia. Al principio no me creyó, y luego llegó la llamada telefónica oficial. Después, me escribió. «Es verdad. Gané. Estoy muy feliz. Es un logro». Para mí, mi madre se lo merece todo. Enhorabuena a mi maravillosa madre, Siri Hustvedt, por su muy merecido premio.
Sophie Auster (cantante y actriz)
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Juan Ramón Domínguez Palacioshttp://anecdotasypoesias.blogspot.com.es
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