Sonriamos, una vez más, con José Mota, y reflexionemos sobre el valor de la amistad. En la amistad no hay que mirar lo que me dan o me quitan. La amistad siempre es desinteresada, generosa, magnánima...Y no llevemos cuenta. Hoy, como hace veinte siglos, a los cristianos se nos conoce porque brindamos amistad desinteresada, queremos a la gente, nos correspondan o no. San Josemaría solía decir: Donde no hay amor, por amor y sacarás amor.
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