martes, 29 de octubre de 2013

El impacto del sacerdote católico

   
Se encontraba el actor Alec Guinness en Francia rodando una de las historias de "El Padre Brown", el simpático sacerdote católico investigador creado por Chesterton, en la cual él era el intérprete. Un día, en una pausa del trabajo, decidió dar un paseo caminando, sin quitarse la sotana que vestía.

   Y he aquí que por el camino se le acercó un niño de unos  siete años que, con toda naturalidad, le tomó de la mano y se puso a caminar, y se puso a hablar sin parar. El niño parecía que fuera con su padre, saltando y brincando confiado. Él no se atrevió a hablarle ya que al no saber francés pensó que lo asustaría. Llegado un punto del camino, el niño se despidió con un “au revoir, mon Père”.

   Guinness continuó caminando, reflexionando acerca de que una Iglesia que es capaz de inspirar esos sentimientos en un niño, haciendo que sus curas, aunque fueran desconocidos, inspiren confianza y sean abordables por los niños, no podía ser tan tenebrosa como le habían contado. Alec Guinnes se convirtió años después al catolicismo, y al poco lo hizo su mujer.

Comentario:
En fin, allí estaba el bueno de Alec sumido en sus pensamientos mientras paseaba inconsciente del hecho que no había cambiado el "traje de faena" cuando se le acercó un niño pequeño y sonriente le dio la mano. Alec se la tomó complacido y siguieron caminando tan tranquilos hasta que al parecer llegaron cerca de la granja donde vivía el chaval el cual se despidió cariñoso y se fue.

En ese momento Guinness volvió en si y se dio cuenta de la jugada. Pensó en todas las terribles cosas que había oido en Inglaterra sobre el catolicismo en general y sobre los curas católicos en particular. Y sin embargo, en un lugar remoto de Francia un niño ¿extraviado? no tenía el menor reparo en tomar de la mano al cura con toda confianza y acompañarle en el camino. Alec concluyó que si a un niño pequeño un sacerdote anónimo le inspiraba tal tranquilidad claramente los curas católicos no podían ser tales fieras como la propaganda protestante pretendía.

2 comentarios:

  1. Es evidente que esta significativísima anécdota no habría ocurrido si Alec Guinness no hubiera ido vestido de sacerdote... Y perdón por señalar lo obvio, para tantísimo por lo que se ve no tan obvio ...a no ser que no se quiera (!) "que los niños (o no niños) se acerquen".

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  2. Todos pecamos.El hábito no hace al monje; pero todos los santos que fueron clérigos ,religiosos ó monjes aconsejaban llevar siempre la sotana o algo que les diferencie del resto de los humanos con el fin de que las ovejas distingan a su pastor. El niño vio a una persona de confianza que sin decir palabra le transmitio alegría durante un trayecto.
    ¿Porqué buscar la hiel o el vinagre en los demás?Sobre todo con obstinada obsesión en el clero.
    Dios los tiene presente y pedirá cuenta como ha cada uno de nosotros.

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