No sé si has leído El elemento de Ken Robinson. Su subtítulo deja claro de qué va.
Y ¿qué señala aquel?
Algo aparentemente sencillo: “Cómo descubrir tu pasión lo cambia todo”.
Nos pasamos media vida trabajando. Y conviene aquí recordar a Confucio: “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida”. Tampoco es eso, pero ya me entiendes (o, mejor dicho, ya le entiendes a Confucio).
Hacia ello debemos intentar orientar a nuestros chicos. Que a veces están bastante perdidos…
A la pasión por lo que haces, obviamente, hay que añadirle facultades, habilidades, aptitudes para hacerlo (tengo un amigo que siempre me recuerda mis genialidades futbolísticas infantiles; y lo bien que barría el patio cada vez que, arrastrado, peleaba un balón; digamos que era ‘ambitorpe’; no he mejorado). No basta solo con que algo te guste… pero ¡sí es un primer paso!
Y, por otra parte, si eso que te entusiasma, lo cultivas, lo logras hacer muy bien… y te conduce a un empleo, jugada redonda.
Por cierto, ¿sabes qué les apasiona a tus hijos? O… ¿sabes cómo ayudarles a descubrirlo?
Y tengas o no hijos… (que a quien Dios no le da hijos, el diablo le da sobrinos), ¿me ayudas a difundir?
¡Muchas gracias!
José Iribas, en dametresminutos.wordpress.com.
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