domingo, 28 de marzo de 2010

CINCO ROSAS ROJAS


En un curso de orientación familiar para matrimonios experimentados. El orientador del programa trataba de aumentar la comunicación entre los cónyuges.

- Para el próximo viernes, dijo a las parejas asistentes, escribiréis en un papel la lista de los cinco defectos que pensáis que vuestro esposo/a debe corregir con más urgencia...

Al rato de llegar a casa el marido de una de las asistentes al cursillo salió a la calle y regresó con cinco rosas. Las entregó a su mujer con un sobre. En el interior había un papel en que se leía: No se me ocurre nada que puedas mejorar. Te quiero como eres. La mujer, emocionada le abrazó con ternura...

Llegó el viernes. La mujer había cuidado con esmero las rosas y las llevó a la nueva sesión orientadora. Cuando le llegó la hora de intervenir, explicó a los asistentes lo que había ocurrido en su casa.

Los asistentes, cubrieron con una sonrisa disimulada, su contrariedad. Aquella actitud positiva les había hecho quedar mal con sus cónyuges respectivos (que habían recibido anotaciones cargadas de desagradables correcciones)... la lección había sido muy elocuente para todos.

Especialmente para la mujer que había recibido las cinco rosas rojas: había recibido el empujón que necesitaba para luchar cada día para superar sus defectos.

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