martes, 2 de marzo de 2010
TU SIEMPRE ERES PARA MÍ LO PRIMERO
Una profesora se da cuenta de que una de sus alumnas está un poco dormida en clase.
Más tarde, en el descanso, le pregunta qué le pasa ese día. La niña responde que no ha dormido en toda la noche y le explica la razón.
La noche anterior su padre estaba haciendo un arreglo en la casa. Su hija se acercó a pedirle que le explicara unos problemas que no entendía. Al momento, suspendió el trabajo y atendió con paciencia a la niña. La tarea no era fácil pero el padre acabó resolviendo todas sus dudas.
Al darle las buenas noches y despedirse, la hija, agradecida, le preguntó por qué había suspendido enseguida su trabajo. Su padre le respondió: Hija mía, tu siempre eres para mí lo primero.
Esta contestación le impresionó tanto, que se acostó, conmovida por el cariño de su padre, y no se pudo dormir de contenta que estaba.
Dios solo sabe contar hasta uno. ¡Que bonito descubir (ahora en la Cuaresma y siempre) que el Señor nos dice eso mismo de continuo!. Me gusta recordar las palabras de San Josemaría en Surco:
“¿Contento?” —Me dejó pensativo la pregunta.
—No se han inventado todavía las palabras, para expresar todo lo que se siente —en el corazón y en la voluntad— al saberse hijo de Dios. (Surco n. 61)
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