domingo, 21 de marzo de 2010

PORQUE ME HAS CONOCIDO A MÍ



Jaume Rucabado (en la fotografía), oceanógrafo conocido entre los de su gremio, languidecía en el Hospital Oncológico de Barcelona a sus cincuenta y pocos años. Corría el invierno de 1999. El tratamiento de quimioterapia no había conseguido vencer al cáncer de páncreas que padecía.

Directo, sincero, gran trabajador, con gafas desde donde te escudriñaba. Las enfermeras, acostumbradas a la muerte, ven con gran sorpresa cómo Jaume, desde hace meses, se ha encontrado con Dios en su misma Cruz; no salen de su admiración por aquel hombre que se les iba apagando, mientras les hacía reír con deliciosas y divertidas caricaturas. Una de ellas le pregunta:

Jaume, ¿crees que yo iré al cielo?

Jaume la mira largamente: sabe que ésta no practica; se atusa la barba y con una sonrisa le dice:

- Sí: tú irás al cielo

- ¿Cómo puedes decirlo tan seguro? ¿Porqué dices que iré al cielo?

- Mira... por que me has conocido a mí...

Días más tarde falleció Jaume.

Y el día de su entierro, aquella enfermera confesó y comulgó, y recibió el regalo del cielo de una sincera conversión.

Y es que, de la respuesta que demos cada uno a Dios, dependen muchas cosas grandes

No era presunción, ni prepotencia: lo que pasaba era que él se había dado a Dios; Jesucristo le había aceptado y ahora actuaba a través suyo. Jaume era miembro del Opus Dei.

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