Pues sí, pues sí... Y a mucha honra. Y me pregunto si todos nos creíamos que éramos capaces (como si hubiese jugado yo mismo) de conseguir ganar el Mundial.
Sonriamos con la ocurrencia de este pueblo y -a propósito de La Roja- pensemos: no hay nada como tener una meta y poner toda la ilusión por alcanzarla. Es síntoma de juventud y de fuerza.
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