Guadalupe Ortiz de Landázuri en Montefalco.
A principios de 1951, en búsqueda de un lugar en las afueras de la ciudad donde pudieran echar a andar algunas actividades formativas, algunas fieles del Opus Dei —Manuela Ortiz, Cristina Ponce y Margarita Mendoza, entre otras— visitaron Montefalco.
Los inicios de Montefalco están hondamente entrelazados con la vida de Guadalupe Ortiz de Landázuri, cuya fe optimista contagiaba a las demás. Así se logró “que las actividades se desarrollasen en un clima acogedor y digno, a pesar de las escaseces materiales en las que se desenvolvían”.
Además, todas trabajaban impulsadas y animadas por Mons. Josemaría Escrivá –canonizado el 6 de octubre de 2002– que en 1952 les escribía: “Pienso que esa labor con campesinas será de mucha gloria de Dios y un gran servicio para esa gran nación: cuántas almas santas vais a encontrar”.
En 1958, después de seis años de esfuerzos y sacrificios para reparar la ex hacienda, Margarita Mendoza viajó a Montefalco nuevamente con el propósito de poner en marcha una escuela que mejorara la situación de las mujeres campesinas del Valle de Amilpas.
OPUSDEI.ORG
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