sábado, 23 de marzo de 2013

SURCOS DE LÁGRIMAS

   Es una piadosa tradición y, posiblemente, una simple leyenda, pero es interesante. Cuentan que San Pedro, todos los días, al oír cantar a un gallo, se echaba a llorar porque se acordaba de la triple traición a Cristo, y que las lágrimas habían grabado surcos en sus mejillas. Por cada negación le salía del alma exclamar: "Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo" (Jn 21,17).

   Es imposible que las lágrimas abran hendiduras en un rostro: hasta aquí la leyenda. Pero es bien verosímil que para San Pedro el canto del gallo tuviera una resonancia muy especial. Y en aquellos tiempos debía ser muy difícil no tener cerca del propio domicilio, incluso en una urbe como Roma, un corralito con algún gallo dispuesto a avisar a los vecinos de la llegada del nuevo día. Cuántos actos de contrición debió hacer aquel gran hombre.

J. EUGUI

2 comentarios:

  1. Ha sido un placer leer esta entrada. Estos son los blog que deben proliferar en la red.
    Me gustaria que pasara por el blog de Josefa a ver que le parece la entrada sobre la cuaresma.
    Será un honor tener su comentario.
    http://blog-josefa.blogspot.com

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  2. Me alegro de que te guste. Estoy en mi retiro anual. El domingo, cuando vuelva, visitaré tu blog. Un cordial saludo

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