Muchos
medios se han centrado en que supuestamente el cardenal Timothy Dolan
augura un cambio radical en la Iglesia con el próximo Papa y sin embargo
se pierden una carta de lo más entrañable que además resume a la perfección lo que allí se está viviendo
El cardenal arzobispo de Nueva York se encuentra en Roma desde que llegase para despedir a Benedicto XVI. Nostálgico de su tierra ha escrito una carta a sus feligreses en las que les cuenta cómo está viviendo todo este tiempo desde la capital italiana ante el inminente Cónclave.
De la carta muchos medios se han centrado en que supuestamente el cardenal Timothy Dolan
augura un cambio radical en la Iglesia con el próximo Papa y sin
embargo se pierden una carta de lo más entrañable que además resume a la
perfección lo que allí se está viviendo.
A pesar de todo, Dolan no puede dejar de lado su sentido del humor y evoca canciones como I wanna go home para decir lo que anhela Nueva York. Igualmente, asegura que va a echar de menos a todos especialmente el día de San Patricio, el próximo 17 de marzo y bromeando asegura que en Roma «no he podido encontrar ningún pan irlandés, carne asada y whisky» (Aclara que es una broma).
El nombre que más suena: Cristo
En
este sentido, relata a los diocesanos de Nueva York algo que muchos
periodistas querrían saber: de quién se habla más cuando se reúnen los
cardenales. Consciente de que estos días circulan numerosos nombres de
cardenales, Dolan afirma que «claro» que surgen nombres pero «el más nombrado» entre los cardenales es sin duda el de «nuestro Señor Jesucristo».
Y lo cuenta así sabiendo que muchos están obviando que el centro de
todo es Cristo. Por eso pide a los neoyorkinos que pidan a este «tan nombrado» para que envíe a los príncipes de la Iglesia su «gracia».
Sobre
sus días en Roma, el arzobispo de Nueva York se sincera de una manera
conmovedora y asegura que una persona mayor le dijo que el final de un
Pontificado y la elección de un nuevo Papa «son como los días en
Jerusalén después de la Ascensión de Nuestro Señor a los cielos. Toda la
Iglesia oraba, oraba mucho, rezó largo tiempo, unidos a los apóstoles y
a la Madre de Jesús, que estaban encerrados en el Cenáculo, en espera
del don supremo del Espíritu Santo». «Eso está sucediendo ahora», afirma.
Los cardenales, como en el Cenáculo
Por ello, les explica en la carta que «los
cardenales estamos rezando mucho y todos los días cada uno de nosotros
comienza con la oración más eficaz de todas, el Santo Sacrificio de la
Misa».
De este modo, indica que en realidad el Colegio de Cardenales pero también toda la Iglesia «estamos de vuelta en ese Cenáculo con la Virgen y los apóstoles y los desafíos que nosotros −y el nuevo San Pedro−
nos enfrentamos son, sorprendentemente, similares a los del primer Papa
ante el primer Pentecostés: cómo presentar a la persona el mensaje y la
invitación de Jesús a un mundo que, durante la búsqueda de la salvación
y la verdad eterna, también a veces duda, es demasiado escéptico y está
ocupado o frustrado».
En este sentido, aguó la fiesta a los que pensaban en conspiraciones y peleas entre los cardenales. «Puedes quedarte sorprendido al oír −relata− que pasamos la mayor parte de nuestro tiempo comentando temas como la predicación, la enseñanza de la fe, los sacramentos…». Y así Dolan citó a los enfermos, religiosos, seminaristas, alejados de la fe, organizaciones caritativas, familias, matrimonio, vida, aborto… Y deja muy claro que eso son los «grandes temas» y no otros.
¿De qué hablan realmente los cardenales?
El
cardenal estadounidense avisa a los feligreses de su diócesis que
aunque les cueste creérselo, pues en la calle aparece que sólo se habla
de corrupción en el Vaticano, abusos sexuales y dinero, estos no son los
«grandes temas». «¿Estos temas salen? ¡Sí! ¿Son los que dominan? ¡No!». Más claro, el agua.
Para
acabar la carta, el arzobispo de Nueva York cuenta la anécdota que le
ha ocurrido con uno de los cinco mil periodistas que están en Roma estos
días y que están ávidos de cualquier tipo de noticia. Este hecho además
muestra su personalidad y su curiosa forma de actuar.
La anécdota con la periodista
Afirma que uno de ellos le preguntó si el nuevo Papa podría traer un “cambio radical” a la Iglesia. Cuenta monseñor Dolan que le contestó que sí ante la sorpresa de la reportera. «Por
lo menos tenía toda su atención. Entonces procedí a aclararle que la
Iglesia es de “grandes cambios”, es decir, un cambio en el corazón
humano, que Jesús llamó arrepentimiento o conversión». Así comenzó a catequizarla y a explicarla que la labor del obispo de Roma es el de «conservar
la fe, las verdades que han sido reveladas por Dios, sobre todo a
través de su hijo, Jesús, fielmente transmitida por Su Iglesia en estos
últimos dos mil años y la de renovar la invitación de Jesús a un cambio
de corazón». ¿Te parece un cambio pequeño?
Poco
después y tras hacerse pública la fecha del Cónclave hizo una petición a
sus diocesanos para que ilumine a todos los cardenales en este momento
tan importante para la Iglesia. Les invita a rezar la Novena a San José, cuya fiesta se celebra el 19 de marzo, para que junto a la Virgen María les ayude y exhorte en este tiempo.
Javier Lozano
Religión en libertad / almudí
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