El cardenal Timothy Dolan
contó a las pocas horas de la elección del nuevo Papa algunos detalles,
como el gesto de trasladarse desde la Capilla Sixtina a Santa Marta no
en la limusina que estaba esperándole, sino en el mismo autobús que los cardenales.
Ese gesto mostró su humildad, señaló el arzobispo de Nueva York, quien agregó que la mayor parte de los purpurados había tomado autobuses para volver a su residencia en el Vaticano y ya se habían formado en una línea para saludar al nuevo Papa cuando llegara a ese lugar para la última cena que tendrían como grupo. Estaban esperando que llegara en la limusina que habían visto aparcada en el Palacio Apostólico. "Y cuando el último bus se detiene, ¿adivinan quién desciende? El Papa Francisco I. Imagino que le dijo al chófer: ´No hay problema, me voy con los muchachos´", dijo Dolan a los periodistas.
Dentro de la residencia, durante la cena, el Papa mostró su lado más simpático: "Brindamos por él y cuando él brindó por nosotros, dijo: ´Que Dios les perdone´". Y luego añadió: "Voy a dormir bien esta noche y algo me dice que ustedes también", en alusión a la intensidad de estos últimos días.
El nuevo Papa adelantó a los cardenales que el jueves visitará al Papa emérito Benedicto XVI en Castelgandolfo, que visitará una basílica en Roma y, nuevamente bromeando, añadió: "También debo pasar por la residencia, tomar mis maletas y pagar la cuenta".
Tres ovaciones
Dolan describió la emoción dentro de la Capilla Sixtina cuando Bergoglio alcanzó los 77 votos, la mayoría de dos tercios necesaria para elegirlo. "Comenzamos a aplaudir, pero luego tuvimos que detenernos hasta que se contara el resto de los votos y luego aplaudimos nuevamente al final, y nuevamente cuando él dijo que aceptaba la elección".
Minutos después de su elección, el nuevo Santo Padre entró en la sacristía de la Capilla Sixtina para ponerse sus atuendos papales blancos. La sacristía es conocida como el Cuarto de las Lágrimas, porque es donde el nuevo pontífice siente por primera vez el peso del papado. Al salir para el besamanos, se había preparado un trono sobre una plataforma, pero Francisco I prefirió saludar a los cardenales desde una silla a su mismo nivel.
Francisco I aclaró también a los 114 cardenales una de las dudas que más se han comentado sobre el nombre elegido, una posible alusión a dos santos de la Compañía de Jesús, San Francisco Javier y San Francisco de Borja. Pero no es por ellos, sino que eligió ese nombre en honor a San Francisco de Asís, una muestra del amor a los pobres del nuevo Papa, así como de su apego a la sencillez.
Dolan afirmó que la elección de Francisco I será "un impulso para la Iglesia en las Américas, una verdadera bendición": "Existe una sensación de alivio en todos nosotros porque ahora sabemos que tenemos un buen pastor, un hombre con los pies en la tierra, un hombre de confianza y aplomo, con una hermosa sinceridad y humildad".
Ese gesto mostró su humildad, señaló el arzobispo de Nueva York, quien agregó que la mayor parte de los purpurados había tomado autobuses para volver a su residencia en el Vaticano y ya se habían formado en una línea para saludar al nuevo Papa cuando llegara a ese lugar para la última cena que tendrían como grupo. Estaban esperando que llegara en la limusina que habían visto aparcada en el Palacio Apostólico. "Y cuando el último bus se detiene, ¿adivinan quién desciende? El Papa Francisco I. Imagino que le dijo al chófer: ´No hay problema, me voy con los muchachos´", dijo Dolan a los periodistas.
Dentro de la residencia, durante la cena, el Papa mostró su lado más simpático: "Brindamos por él y cuando él brindó por nosotros, dijo: ´Que Dios les perdone´". Y luego añadió: "Voy a dormir bien esta noche y algo me dice que ustedes también", en alusión a la intensidad de estos últimos días.
El nuevo Papa adelantó a los cardenales que el jueves visitará al Papa emérito Benedicto XVI en Castelgandolfo, que visitará una basílica en Roma y, nuevamente bromeando, añadió: "También debo pasar por la residencia, tomar mis maletas y pagar la cuenta".
Tres ovaciones
Dolan describió la emoción dentro de la Capilla Sixtina cuando Bergoglio alcanzó los 77 votos, la mayoría de dos tercios necesaria para elegirlo. "Comenzamos a aplaudir, pero luego tuvimos que detenernos hasta que se contara el resto de los votos y luego aplaudimos nuevamente al final, y nuevamente cuando él dijo que aceptaba la elección".
Minutos después de su elección, el nuevo Santo Padre entró en la sacristía de la Capilla Sixtina para ponerse sus atuendos papales blancos. La sacristía es conocida como el Cuarto de las Lágrimas, porque es donde el nuevo pontífice siente por primera vez el peso del papado. Al salir para el besamanos, se había preparado un trono sobre una plataforma, pero Francisco I prefirió saludar a los cardenales desde una silla a su mismo nivel.
Francisco I aclaró también a los 114 cardenales una de las dudas que más se han comentado sobre el nombre elegido, una posible alusión a dos santos de la Compañía de Jesús, San Francisco Javier y San Francisco de Borja. Pero no es por ellos, sino que eligió ese nombre en honor a San Francisco de Asís, una muestra del amor a los pobres del nuevo Papa, así como de su apego a la sencillez.
Dolan afirmó que la elección de Francisco I será "un impulso para la Iglesia en las Américas, una verdadera bendición": "Existe una sensación de alivio en todos nosotros porque ahora sabemos que tenemos un buen pastor, un hombre con los pies en la tierra, un hombre de confianza y aplomo, con una hermosa sinceridad y humildad".
Religión el libertad
Es el Papa que necesita la Iglesia, y desde el primer momento nos ha puesto a todo el mundo a rezar, falta nos hace.
ResponderEliminarSigamos rezando por él y dando gracias a Dios