Daniel
Del Regno atendió un llamado del pontífice, quien se contactó para
cancelar el reparto del diario y para agradecerle todos los años de
servicio
Ayer
(18 de marzo n.r.d.), a las 13:15 sonó el teléfono del puesto de
diarios que está en Hipólito Yrigoyen casi esquina Bolívar, frente a la
Plaza de Mayo. El hombre que estaba a cargo, hijo del dueño, atendió y se dio cuenta de que era una voz conocida.
"Hola, Daniel, habla el cardenal Jorge", le dijeron. "Dale, Mariano, no seas boludo", contestó, pensando que era un amigo que estaba al tanto de que el papa Francisco, cuando era arzobispo de Buenos Aires, compraba el diario ahí. "En serio, soy Jorge Bergoglio, te estoy llamando desde Roma", retrucaron del otro lado de la línea. Y Daniel Del Regno rompió en llanto.
"Entré en shock, me puse a llorar, no sabía qué decirle", contó. "Me agradeció por el tiempo en el que le acercamos el diario y me mandó un saludo para la familia", agregó.
Los Del Regno son Luis y Daniel,
padre e hijo, dueños desde 1997 del puesto de diarios que está en
Hipólito Yrigoyen al 478. Hasta que Jorge Bergoglio viajó a Roma para
participar del cónclave y elegir al sucesor de Benedicto XVI, le alcanzaron el diario hasta el 413 de Rivadavia, a las 5:30, de lunes a sábados.
"Los
domingos, a las 5:30, él pasaba por el kiosco, compraba ‘La Nación’,
charlaba unos diez minutos y se tomaba el colectivo 28 para ir a Lugano a
dar mate cocido a chicos, a gente enferma", contó Luis.
"Puedo
contar miles de anécdotas. Por ejemplo, le tiraba ‘La Nación’ con una
bandita, para que no se desarmara cuando había viento o lluvia. A fin de
mes me traía todas las banditas del mes, ¡las 30!", recordó.
Luis reconoció que se le pone "la piel de gallina" cuando recuerda que ese hombre "tan sencillo" es ahora el Papa. "En
junio bautizó a mi nieto, fue una emoción impresionante. Y ayer llamó a
mi hijo al kiosko, desde Roma, para saludar y para decirle que no
lleváramos más el diario porque no iba a estar más. Es algo imborrable
en mi vida: yo sé lo que es, un tipo único", sentenció.
Su hijo Daniel relató, emocionado, la conversación de ayer con el Papa. "Hablamos
de un detalle, que fue que hace un mes, cuando partió, sabíamos del
viaje. Las palabras que le dije fueron: «Jorge, ¿vas a agarrar la
batuta?», y él contestó: «Eso es un fierro caliente, nos vemos en 20
días, vos seguí tirando el diario». Y bueno, después... Es historia
conocida", sostuvo.
"Le
dije que se cuidara, que lo iba extrañar, que le mandaba un beso grande
y le pregunté si existía la posibilidad de verlo de vuelta alguna vez.
Me dijo que de acá a un tiempo eso va a ser muy complicado, pero que
siempre iba a estar presente".
Finalmente, Francisco le pidió que rezara por él.
Natalia Pecoraro
Sencillamente un hombre de Dios nuestro Papa Francisco, que se necesita en nuestro tiempo e historia.
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