Se acercó a un famoso predicador un hombre, al término de uno de sus sermones, para pedirle que le diera alguna tarea apostólica que realizar.
-¿Cuál es ordinariamente su puesto de trabajo en la vida?
-Soy maquinista de ferrocarril.
-¿Es católico el fogonero?
-No.
-¡Pues ahí tiene su labor!
Cfr. H. J. Drinkwater. Historietas cateqiásticas
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