Mari Carmen Hernández |
El etarra le metió varios tiros en el cuerpo y corrió a un teléfono público para llamar a su familia: "Ya estás muerto", le dijo el asesino a una de las hijas de Jesús Mari Pedrosa. Era el 4 de junio de 2000. Los siguientes días se repitieron las macabras llamadas al domicilio del asesinado: "Jesús Mari, hijo de puta".
Jesús Mari Pedrosa, de 57 años, era edil del PP en el Ayuntamiento de Durango (Vizcaya), además de militante del sindicato nacionalista ELA.
"Llevaba 13 años de concejal cuando le mataron -cuenta su viuda-. Los primeros años todo iba más o menos bien o así me parecía a mí. Él nunca trasladó a casa si tenía alguna preocupación al respecto y la política no era tema de conversación entre nosotros. Desde siempre había tratado con cualquier persona independientemente de su ideología o signo político. Tenía un talante abierto y eso hacía que participase en uno u otro sitio (Korrika, apoyo al euskera...) o entrase a tomar algo o pasar un rato tanto en el batzoki como en cualquier otro local. Creo que era muy confiado, pues para él todos eran amigos...".
Jesús Mari Pedrosa, de 57 años, era edil del PP en el Ayuntamiento de Durango (Vizcaya), además de militante del sindicato nacionalista ELA.
"Llevaba 13 años de concejal cuando le mataron -cuenta su viuda-. Los primeros años todo iba más o menos bien o así me parecía a mí. Él nunca trasladó a casa si tenía alguna preocupación al respecto y la política no era tema de conversación entre nosotros. Desde siempre había tratado con cualquier persona independientemente de su ideología o signo político. Tenía un talante abierto y eso hacía que participase en uno u otro sitio (Korrika, apoyo al euskera...) o entrase a tomar algo o pasar un rato tanto en el batzoki como en cualquier otro local. Creo que era muy confiado, pues para él todos eran amigos...".