Me lo contaron unos padres. La anécdota es ingenua, infantil, pero simpática y, en cierto modo, aleccionadora. Uno de sus hijos -un crío- era incapaz de pronunciar el sonido "jota", cosa que les suele pasar a los que no han aprendido el castellano de pequeños e, incluso, a algunos que lo tienen como lengua materna -éste era el caso-, pero que están incapacitados, vaya usted a saber por qué, para dar ese sonido.
El chavalín, por las noches rezaba el Avemaría y, ante el problema que le suponía decir "mujeres", había cambiado la fórmula de la oración y decía: "bendita tú eres entre todas las señoras".
Me hizo gracia. Luego he pensado que a eso se llama saber superar la dificultad -no rendirse ante ella, tener cintura- y pasar por encima de cualquier respeto humano, sin plantearse mayores problemas.
Me hizo gracia. Luego he pensado que a eso se llama saber superar la dificultad -no rendirse ante ella, tener cintura- y pasar por encima de cualquier respeto humano, sin plantearse mayores problemas.
JULIO EUGUI
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