Quizá muchos de vosotros conozcáis la historia del posadero griego. El posadero griego era un hombre que tenía una cama en su posada, y si el huésped que venía a pedirle alojamiento era más pequeño que la cama, entonces lo estiraba, hasta que estuviese instalado en la cama de forma correcta, según el gusto del posadero. Y si el caminante o el huésped que llegaba era más grande que la cama, entonces cortaba un trozo de los pies al huésped para que pudiera estar cómodamente en la cama que tenía el posadero.
Ya comprenderéis que se trata de una alusión a aquellas personas que no aceptan la realidad, que tienen en su mente unos endurecidos esquemas que les impiden contemplar las cosas como son. Les gusta, en vez de respetar la realidad, deformarla, para que vaya teniendo alojamiento en sus esquemas.
A. García Dorronsoro, Charlas en la Televisión
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