La solidaridad es esencial y más en los tiempos difíciles que vivimos. Aquí tenéis una iniciativa que nos ayudará a acrecentar nuestra sensibilidad.
Luis Torres desde su jubilación como directivo se implicó intensamente en la centenaria “Asociación Gijonesa de Caridad”, una institución que hoy preside y que, con la ayuda de la Congregación de las Hijas de la Caridad, atiende al colectivo de los llamados “sin hogar”, formado por indigentes, reclusos, inmigrantes, refugiados y personas carentes de medios económicos.
Luis Torres, presidente de la Asociación Gijonesa de Caridad, en el comedor de la Cocina Económica. Foto: ÁLEX PIÑA (El Comercio)
¿Cuánto ha cambiado el perfil de persona que llega a la Cocina Económica desde el 2007 hasta ahora?
Mucho. Se podría decir que el prototipo clásico de pobre prácticamente ha desaparecido. Ahora mismo viene gente que jamás pensó que llegaría a tener que acudir a nosotros. Te puedes llegar a encontrar con personas que los miras y realmente no sabes si vienen a traer comida o a buscarla, y eso es tremendamente sobrecogedor.
A día de hoy tenemos la suerte de contar con un total de 1.360 socios y 132 voluntarios. Es cierto que con la crisis el número ha ido en aumento, sobre todo en lo que se refiere a voluntarios, pero tampoco de una manera escandalosa.
¿Cuántos servicios llegan a ofrecer al año?
En 2007, el que podemos considerar como último año de bonanza, la Cocina Económica dio aproximadamente 87.000 servicios. Hemos terminado el año 2012 con una cifra de más de 170.000, y creemos que este 2013 nos aproximaremos a los 200.000 servicios unos 550 diarios, que incluyen desayunos, comidas y cenas.
Pero la Cocina no solo se encarga de atender las necesidades básicas de comida. ¿Qué otro tipo de actividades ofrecen?
Tenemos talleres de encuadernación, música, inglés e informática. Además, también gestionamos el centro de primera acogida Vicente de Paúl, y contamos con un gabinete psicológico y un despacho jurídico atendido por los propios voluntarios. Es un centro para el colectivo de jóvenes sin hogar, con problemas de adicción a las drogas, al alcohol, al juego. También para inmigrantes sin techo o los que se encuentran en prisión o acaban de salir de ella, desempleados, etc.
opusdei.org
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