Oh Jesus, Rey admirable, Vencedor noble, Dulzura inefable a Quien tanto anhelamos:
Rey de las virtudes y Rey de la gloria invicto Rey soberano, Dispensador de la gracia, Honor de la Corte celestial:
Un coro de Santos pregona tu gloria y el otro responde cantando tu alabanza. Jesus da alegria al mundo, y nos pone en paz con Dios.
Jesus reina desde esa quietud que, al exceder todo conocimiento, nuestra alma se apresura a gozar porque esa sed no le deja descanso.
Y Tu, Senor, mientras Te ensalzamos en medio de himnos y suplicas, alcanzanos poseer un dia Contigo el Premio eterno del Cielo.
Oh Jesus, Flor de una Madre Virgen, nuestro amor mas entranable: para Ti, la alabanza y el Reino de la gloria, por los siglos de los siglos. Amen.
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