Una de las novelas del escritor italiano Italo Calvino lleva ese título. Ambientada en la Edad Media, vemos al protagonista como el caballero poseedor de la más bella armadura de todos los guerreros de la corte carolingia. Su porte y actividad atraen a las gentes, que admiran sus hazañas hasta el punto de ser considerado modelo de paladines. Se llama nada menos que Agilulfo de los Guildivernos, y ostenta no sé cuántos títulos.
Calvino nos sorprende desde el principio, porque nos descubre que, debajo de las piezas de metal que ocultan al héroe, no hay nada, ningún cuerpo humano, nada: sólo voluntad de existir y de combatir. Seguramente el autor ha querido mezclar la ironía con la fantasía y la sátira, jugando al desconcierto con el lector. Pero también te queda algo así como una sugerencia: debajo de las hermosas apariencias, a veces, nada de nada. Puro vacío.
Pues mire yo también pienso que detrás de cada apariencia no hay nada, vacío; y no soy Calvino.
ResponderEliminarhttp://portimadrugo.blogspot.com/2010/03/figuracion.html